Profesor: Antonio González Montes agonzalm@correo.ulima.edu.pe

Friday, July 02, 2004

TALLER DE NARRACIÓN
Antonio González Montes
I. El texto narrativo: naturaleza, estructura, recursos y técnicas.
El punto de vista espacial en el relato (focalización)
(¿Quién habla en el relato?)
I.1. Narrador en primera persona, protagonista
“El amigo Braulio”- Manuel González Prada
Preguntas para conversar
Ejercicios para narrar
I.2. Narrador en primera persona, coprotagonista
“Fotografías en el fin de semana”- Edmundo Paz Soldán
Preguntas para conversar
Ejercicios para narrar
I.3. Narrador en primera persona, testigo
“Una mujer amaestrada”- Juan José Arreola
Preguntas para conversar
Ejercicios para narrar
I.4. Narrador en primera y en segunda persona
“Cazador de gringas”- Mario Guevara Paredes
Preguntas para conversar
Ejercicios para narrar
“El semáforo fugaz”- Nicolás Yerovi
Preguntas para conversar
Ejercicios para narrar
II. Narrador en segunda persona
“Lectura al atardecer”- Edgardo Rivera Martínez
Preguntas para conversar
Ejercicios para narrar
Aura (Fragmento)- Carlos Fuentes
Preguntas para conversar
Ejercicios para narrar
III. Narrador en tercera persona
“Imágenes photoshop”- Edmundo Paz Soldán
Preguntas para conversar
Ejercicios para narrar
“El padre que quiso ser buen hijo”- Nicolás Yerovi
Preguntas para conversar
Ejercicios para narrar
“Nos estamos achicando”- Nicolás Yerovi
Preguntas para conversar
Ejercicios para narrar
IV. El relato con varias personas narrativas
Introducción
“El amigo Braulio”- Giovanna Bossio
Preguntas para conversar
Ejercicios para narrar
V. El punto de vista temporal en el relato
V.1. Narración subsecuente
“Un amor inmoral” - Nicolás Yerovi
V.2. Narración simultánea
“Cinco para las nueve”- Alonso Cueto
V.3. Narración predictiva
“Canto Coral a Túpac Amaru que es la libertad” - Alejandro Romualdo
“El rescate de los rehenes”- Antonio González Montes
Ejercicios para narrar
VI. Nivel de realidad en el texto narrativo
VI.1. Nivel realista
“Y corría el año 79”- Jaime Bayly
Preguntas para conversar
Ejercicios para narrar
VI.2. Nivel fantástico
“Continuidad de los parques”- Julio Cortázar
Preguntas para conversar
Ejercicios para narrar
“Visita a mi propia estatua” – Sebastián Salazar Bondy
Preguntas para conversar
Ejercicios para narrar
“Los brahmanes y el león”- Anónimo.
Preguntas para conversar
Ejercicios para narrar
VII.Apéndice
VII.1. El diálogo
“Paso del Norte” - Juan Rulfo
Preguntas para conversar
Ejercicios para narrar
VII.2. El relato dentro del relato (la caja china)
“El Carrusel” – Julio Ramón Ribeyro
Preguntas para conversar
Ejercicios para narrar

Thursday, February 19, 2004

EL PUNTO DE VISTA TEMPORAL EN EL RELATO
Intersección
Excepto las bicicletas, mi relación con todo vehículo motorizado (sobretodo con los autos) dista mucho de ser cordial. Suelo distraerme con facilidad y encontrar más de una razón para cambiar de dirección. Desde hace unos minutos, por ejemplo, algo ocurre en dirección contraria al tráfico. Me limito a observar la escena unos segundos. Los que me permite el disminuir la velocidad al llegar a una intersección y un auto aproximándose a ella. Veo a un hombre, dos mujeres y un niño al cruzar la calle. Él es un tipo anodino de bigote mal cuidado y una camisa abierta desbordada por el abultado estómago. Una de las mujeres parece tener unos veintitantos. La otra, mayor que ella, lleva el cabello desordenado tanto o más que la ropa que tiene puesta. Puedo atribuirlo a la hora. Es pasada la medianoche. El hombre forcejea con una de ellas. Ésta se abalanza sobre él tomándolo del cuello. La mujer del cabello greñudo tira de la joven. Él trastabilla al intentar apartarse. El niño, mientras tanto, permanece a unos pasos de ellos inerte, de pie.
El auto por el que me detuve cruzará inexorablemente la intersección dejándome libre el paso. Retomaré la marcha dudando entre proseguir o estacionarme. Al seguír mi camino observaré a través del espejo retrovisor como los personajes se esmerarán en mantener la laxitud del cuadro, tropezando torpemente unos con otros. El niño permanerá impávido observándolos, testigo silencioso e intrascendente del hecho. Los veré alejarse a través del espejo y me despediré de ellos subiendo el volumen de la radio para convertir sus gritos ininteligibles en histrionismo dubitativo y mudo.

Wednesday, February 18, 2004

NARRADOR EN TERCERA PERSONA
Imágenes photoshop
Sabes que chochera. A mi viejo nunca le cuadró su cacharro. Ni bien aprendió a usar Photoshop se hizo uno mezcla de Brad Pitt y Batistuta. Un cuerazo manyas. Lo mismo hizo con mis abuelos. Cambio sus caras por las de un par de tíos de sus tiempos. No contento con eso, borró a sus brothers de todas las fotos y se quedó como hijo único. En serio loco. Allí donde lo ves, mi viejo es un monstruo en computación. Uno a uno hizo lo propio con sus causas. Después de pasar por su Mac, cualquiera diría que Platini y Richard Gere eran sus patas. Bien loco mi viejo.
Hasta allí todo O.K.Total, es su rollo. Pero lo que me jodió en serio fué que hiciera lo mismo con mi viejita. Gorda y todo es buena voz. Bien chévere O.K. El muy pastrulo la cambió por una flaca misma J.Lo. Un cuerazo. Para colmo, como yo soy igualita a la vieja, me hizo lo mismo para dejarme misma top model, o sea, de lo más fashion. Y aunque me he hecho la lipo, no te pases, no es para tanto. Con esas caras nos paseaba en su billetera de veinte lucas. Claro que cuando alguien iba a la jato y nos conocía en persona al toque notaba la diferencia. Entonces el muy sapazo le decía: "es que son muy fotogénicas". Puro floro el viejo. No te pases. Eso no se hace. Tenía que vengarme. El otro día entré a su compu y aunque me frikee bien feo cuando me pareció oirlo llegar le hice un retoque a sus fotos. Les cambie el cacharro y en su lugar puse una del viejo tal cual es, o sea, bien creepy. Para que aprenda. O.K.

Tuesday, February 17, 2004

NARRADOR EN PRIMERA Y EN SEGUNDA PERSONA
Luz roja
Que pequeño es el mundo, Nicolás. Encontrarnos después de tantos años en un semáforo de Aramburú. Te reconocí de inmediato. Éramos vecinos cuando chicos. No has cambiado nada. Sigues siendo el mismo muchacho regordete de sonrisa fácil. ¿Crees que yo he cambiado? Me casé con Pocho, ¿lo recuerdas? Seguro que no. Lo conocí en la universidad. Ni bien terminamos de estudiar me propuso matrimonio. Pocho es pediatra. Mejor imposible porque todos estos que ves aquí atrás son mis hijos. No es que haga movilidad escolar. Soy gastroenteróloga. Y tú, ¿en que trabajas?. Como que escribes. No, en serio ¿en que trabajas? Porque de eso de escribir no se vive.
Ahora que lo pienso, aunque eramos buenos amigos siempre creí que algo guardabas. Pero eras un chico tímido. Aunque nunca te faltó gracia para hacerme reir con un buen chiste.
Que pequeño es el mundo Nicolás. Huy, cambió la luz. Mejor avanzamos antes que estos de atrás nos maten. Te dejo mi dirección. Visítanos. Tienes que conocer a Pocho. Tienen mucho en común.

Monday, February 16, 2004

NARRADOR EN PRIMERA PERSONA - TESTIGO
Intersección
Excepto las bicicletas, mi relación con todo vehículo motorizado (sobretodo con los autos) dista mucho de ser cordial. Suelo distraerme con facilidad y encontrar más de una razón para cambiar de dirección. Hace unos días, por ejemplo, algo ocurrió en contra del tráfico. Me limité a observar la escena unos segundos. Los que me permitió el disminuir la velocidad al llegar a una intersección y un auto aproximándose a ella. De aquel incidente solo recuerdo a un hombre, dos mujeres y un niño. Era un hombre anodino de bigote mal cuidado y una camisa abierta desbordada por el abultado estómago. Una de las mujeres tendría unos veintitantos. La otra, mayor que ella, llevaba el cabello desordenado tanto o más que la ropa que tenia puesta. Puedo atribuirlo a la hora. El hombre forcejeaba con una de ellas. Ésta se había abalanzado sobre él tomándolo del cuello. En ese momento la mujer tiró de la joven. Él trastabilló al intentar apartarse. El niño permanecía a unos pasos de ellos inerte, de pie.
El auto por el que me detuve cruzó la intersección dejando libre el paso. Retomé la marcha dudando entre proseguir o estacionarme a unos pasos. Al proseguír observé a través del espejo retrovisor que los personajes se esmeraban en mantener la laxitud del cuadro, tropezando torpemente unos con otros. El niño permanecía impávido observándolos, testigo silencioso e intrascendente. Los ví alejarse a través del espejo. Me despedí de ellos subiendo el volumen de la radio para convertir sus gritos ininteligibles en histrionismo dubitativo y mudo.

NARRADOR EN PRIMERA PERSONA COPROTAGONISTA
Turismo
Siempre quise conocer Berkeley. Por ello cuando Eva, mi ex esposa, me lo propuso no dude un instante en visitarla. Me encontraba a unos kilómetros de allí, en San José asistiendo a un curso de actualización para programadores. Era el momento preciso para hacer un poco de turismo y, de paso, tomar algunas fotos, un pasatiempo que disfruto sobremanera.
Ni bien llegué a Berkeley le pedí me lleve a los lugares que han hecho de la ciudad una leyenda. Telegraph Park, People´s Park, Cody´s Books, el campus de la universidad, Sproul Hall y la Campanile. Sin percatarme tomé unos diez rollos de fotos de edificios, cafés, hippies, punks, deadheads y vagabundos. Nada se me debía escapar y solo estaría allí unas horas. En todo el recorrido Eva permaneció en silencio. Era su costumbre. Solía hacerlo cuando algo en mí le disgustaba. En cambio caminaba con andar distraido observando cuanta persona se atravesaba en nuestro camino. Siempre ha sido una fisonomista envidiable. Supongo que por vivir allí desde nuestro divorcio hace tres años mi actitud no le resultaban otra cosa que los desvarios de un frenético turista. Solo al final del día me dirigió la palabra para recriminarme el no dedicar algunas tomas a capturar lo que, al decir de ella, era la verdadera esencia de la ciudad. Detalles burdos y sin importancia como un semáforo descompuesto o una ruma de periódicos olvidada en la acera.
Sonreí celebrando su broma mientras le tomaba una fotografía. Prometí enviársela en cuanto revelara el rollo. Tengo pendiente hacerlo.

NARRADOR EN PRIMERA PERSONA - PROTAGONISTA
El amigo que perdí
Estudio en el colegio San Carlos y hasta hace unos días Roque Roca era mi mejor amigo. Entramos al colegio juntos. Por varios años llevamos los mismos cursos. Cuando estabamos en segundo casi pierdo el año por una enfermedad. Roque fue el único que me ayudo en esos momentos. Me prestaba sus cuadernos e intercedia ante los profesores para que postergaran los exámenes. Eramos amigos en las buenas y en las malas. Por ello, grande fue mi sorpresa al descubrir hojeando las páginas de El Lima Ilustrado un poema firmado por Roque. Y cuando escuchaba en los pasillos o leía en las pizarras las burlas de todos pensé que bien merecidas se las tenía. Nunca me comentó que escribia. Que falta de confianza. Me resentí. Tanto que cuando nos encontramos en el patio del colegio y me preguntó sobre lo que pasaba le confesé mi malestar. Esto no se quedará así. De alguna manera lo haré pagar cara su afrenta.